
Hoy dije una oración por Ti,
y se que Dios la escuchó,
sentí su presencia en mi corazón
a pesar de no escuchar su voz...
No le pedí que te dé fama
ni fortuna, le pedí tesoros
que perduran mucho más.
Que esté a tu lado cada día.
Que te dé salud y alegría.
Que tengas buenos amigos
para compartir tus días.
Le pedí felicidad para Ti
en las cosas grandes y pequeñas.
Pero lo que más le pedí,
es que su BENDICIÓN esté presente
por siempre en tu VIDA,
HOGAR y FAMILIA.
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